EL MUNDO AL REVÉS
Un día soñé que tenía los ojos en los pies
y por eso veía todo el mundo al revés.
En el mundo al revés, los zapatos se ponían en las manos
y los guantes en los pies.
Los coches volaban por el cielo,
los aviones navegaban por el mar
los trenes iban por los ríos
y por la carretera se veía a los barcos pasar.
Las brujas eran buenas
y viajaban en bicicleta
no hacían rabiar a los niños
y les gustaban las hamburguesas.
Las pistolas eran barras de pan
y sólo se usaban para merendar.
Y las tortas eran ricos bollos
que tomábamos para desayunar todos.
En el mundo al revés existían las patadas,
eran familias de patos que en los estanques nadaban.
En los árboles crecían granadas
y mi mamá las preparaba con zuno de naranja.
El día que sóñé con el mundo al revés
me levanté muy contento porque todo salía bien.
Piensa tú qué cosas te gustaría ver
si un día soñarás con un mundo al revés.
Empieza ahora, cierra los ojos y ponte a soñar
con cosas que te gustaría que fueran realidad.
Y luego se lo cuentas a todos los demás
a ver si entre todos conseguimos UN MUNDO FENOMENAL.
Mº Ángeles Ferrándiz
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